Haikus Nosteranau Mismirato Montak Bentek Impoemas Ucronía |
Esto no es exactamente poesía, sino más bien juegos con palabras; pero no hay una palabra que pueda expresar esa categoría como yo querría. A menos que la invente, a saber: meina. Mi forma de escribir meinas es bastante desordenada. Me siento con un cuaderno o frente a la computadora y escribo desinhibidamente. Después de escribir pasan por un proceso de selección y control de calidad, claro que se aceptan con una media muy baja, por ende la mayor parte son basura. Sin embargo, leídas como un todo expresan bastante bien mi personalidad y es por eso que me atrevo a llamarlos poemas. No creo que nadie se conmueva con esto, pero sí estoy seguro de que me va a conocer un poquito más. Me gusta escribir cantidad, más que calidad (y es desproporcionadamente así, como verán). Sé que muchos podrán pensar mal de mi por esto, pero ese es mi estilo. HaikusLos llamo haikus porque tienen una estructura de tres versos, el primero de cinco, el segundo de siete, y el tercero de cinco sílabas. No por otra cosa. Muchos de mis haikus son deliberadamente ridículos. (E introduzco para no perturbar a nadie...) Una toalla muy seca y muy mojada limpia mis manos. Voces silentes niños despedazados por nuestra ira. Pasto que a veces, por ciertas circunstancias, parece carne. Nubes de harina, muerte reticulada y ocho pilares. Felices eran los que tenían viento pero en las venas. Oscuridades, en la lúgubre noche sombras, tinieblas. Las telarañas se cierran y se vuelven trampas de moscas. Gestos, señales, manos, rostros y alguna que otra sonrisa. Algunas veces querría haber nacido sin antenitas. Soy un marciano, un extrarresistente papel pegado. Siembras hambruna, dolor, terror y guerra cosechas odio. Tus manos lívidas, tu piel cerosa, fría, luna de miedo. Era de piedra, pero quiso moverse para tocarla. Estas palabras no tienen ya sentido farga chegano. Gritos macabros, las penumbras más gélidas de todo el reino. La bestia llora porque no tiene a alguien que lo comprenda. Obedecerlos so pena de una muerte nunca antes vista. A cuchillazos corto la carne en trozos de un ex-humano. Harto del monstruo que yace tras el bronce pulido, llora. Deseaba nunca volver a donde vino pero lo hizo. "Desde ese entonces no volvieron a verse", dijo el abuelo. "La poesía precisamente es eso", dijo el maestro. Y con un breve gesto muy ensayado nos despedimos. Hacer castillos no es poner piedras una sobre la otra. De voz metálica, hiniesto porte y grave temperamento. Nació, ya crece, se desarrolla y pronto morirá el fuego. Mis sueños lúcidos son una deliciosa prueba de vida. Como una fiera, acecha sigiloso; vos sos la presa. Cartas escritas en esa arcaica lengua del tiempo extinto. No sé sintonizarla, arreglá vos la tele para mirarla. Caigo del cielo intento sostenerme pero no puedo. Tu sonrisita y el ojo cristalino porque sos tuerta. Tiempo sereno que avanza con cautela despacio escuela. Miel con mostaza, sardinas, chocolate, café y tomate. Sos un boludo, nunca lo alimentaste por lo que ha muerto. Cerrá la puerta, me re-cagué de frio toda la noche. La planta verde se fue despedazada por el camino. Treinta galletas son las que me he comido. Vomito harina. Las toscas prendas que cubren este cuerpo fueron quemadas. El universo pende de un hilo tuerto y un mono muerto. Tal vez un día despiertes sin haberte dormido antes. Quizá despiertes sin haberte dormido... será un gran día. Qué nos depara este continuo juego sin vencedores. El horizonte se acerca pero nunca logra tocarme. En los confines grisáceas son las luces de nuestra mente. Quiero llevarme a marzo la materia llamada vida. La profesora fiel a sus objetivos se enorgullece. Hoy las matrices no pueden invertirse. Det igual cero. Oh, cual las rosas se elevan las pomposas y verdes cosas. Un meta-haiku que cual el sabio tiempo se engulle solo. Cruel azafata: "aquí tienen las bolsas por si vomitan". Repite: "¿pollo, café, carne, té?". ¡Basta! ¡Ya amarizamos! Fuegos del norte, inhiben mi estadía en esta casa. Obra maestra: resuenan sus colores sobre mi mente. Miro sonidos y cuando no respire volverás, muerta. Plásticas nubes y un poco de mielina sobre las cruces. Albino trozo de quaker en ochavas de antiguo pueblo. Entonces, cuando no lo sospeches, ellos vendrán por carne. Y (qué desdicha) su linaje, cegado por ira. Drama. Fue Ernesto Juárez el más sofisticado de ellos acaso. Cambié de anteojos. Te miro y te aconsejo cambiar de rostro. Helaba el ruido metálico. Repique de férrea lluvia. De antes gotitas, simientes mentoladas, y hálito. Noche. Palpa la boina cargado de blasfemia; fuma irritado. Payaso triste, trapecio acongojado. Dolor de enano. Algo se clava dentro en mi corazón tus puñaladas. Todos los días muero por despertarme más no lo logro. Acaso sueñe con eso que deseo, será difícil. Mis talismanes son una extraña flota de nuncamases. Adiós, querida, tuviste tu momento más lo perdiste. La nube blanca se mueve sobre el cielo; yo me despierto. ¿Un chino sueña que es una mariposa o es viceversa? El plan tramado no ha podido lograrse. Qué decepciones. Tus esperanzas se ciernen sobre el techo del rascacielos. La milanesa se ha cortado las venas con mi navaja. El alimento del perro está podrido por eso ha muerto. Tu malhadado padre me ha reclamado treinta gallinas. La enciclopedia es un conjunto loco de observaciones. ¡Cuántas mentiras me ha contado el sobrino de mi vecina! El asqueroso hombre de la vereda se tira pedos. "Hasta la vista" dije, y en un momento, partí al granero. Acacias verdes, gotas de inspiraciones sin terminales. Tercas bananas, puto es el monumento de la estampida. Marcas sagaces peñas sin corazones inextricables. Cuatro corbatas, una camisa y cinco pares de medias. Siete melones, cuatro kilos de yerba y dos esperanzas. Guardo las cartas, me tiro al precipicio. Soy uno solo. Tiemblo de miedo al ver las infecciones que me dejaste. Olvido negro, tierra, mar, terremoto, y escupitajo. Esta ventana es sólo un grupo suelto de píxels forros. Las fantasías se vuelven realidades por la mañana. Mal me ha caído el guiso de lentejas. Todos escapan. Para el demonio transcribo melodías de un negro apóstol. Cuando me duermo, el tiempo se detiene renazco y sueño. Canto delirios, remiendo viejos miedos, huelo tu vida. Hago la cama, barro el piso y me siento sobre la almohada. Son tantas brujas que casi ya no puedo catalogarlas. Hoy me dejaste, ayer trajiste talio y me envenenaste. Todo el cianuro que te tenía ahorrado ya no me sirve. Este universo está compuesto sólo por estos versos. Nada me impide pedirte una gauchada pero no quiero. Yo me encomiendo, tu te encomiendas y, obvio, él nunca lo hace. Cartas tan torpes, dígrafos tan gastados que no se usan. El escritorio de Facu está repleto de archivos raros. Mis manos hacen ruidos extraños cuando me hago chasquidos. La red es amplia y allí encuentro millones de lindos sitios. Estoy al pedo: escribo haikus tontos y sin sentido. Qué divertido es estar tan al pedo y tan poco siervo. El duque come el pollo que le sirve su amada reina. El feudo es chico, vasallos y señores entran en guerra. Qué despelote, qué edad fea y oscura fue la Edad Media. Forros romanos afanaron inventos de capos griegos. Me sale en metro todo lo que yo escribo (¡uh! ¡soy re vivo!). Empezó el mundo ¿ven acaso a los dioses haciendo algo? No: yo te digo que del mundo el sistema operativo es Windows. (Por eso anda tan para el culo el mundo "world fatal error"). Entras y sales del lobby del palacio ¿con qué sentido? ¿Has hecho caca? Tienes un olor raro, típico a mierda. La mujer pare y un nuevo hombre ha nacido. Mundo perdido. ¡Aguanten Borges, loco, Xul Solar, Julio Cortázar y otros! Arrepentida, la sangre de una niña ya no circula. Presiono teclas, aguardo tu llegada mas tú no vienes. Sinceramente no hay más que repetirlo: sos un boludo. Tiemblas, tú, hoja, o es acaso la hermana de su cebolla. Pues para ellos no hay betún de judea; "¿Más arroz?" "Bueno". Mejor no gasto pilas en ese juego ¡si es una mierda! Tantas mentiras ya me cansaron, luego sos un versero. Yo sé que pienso, ergo yo sé que existo qué cool /des'kartes/. Esta mañana filmé todo el futuro. Mejor lo quemo. Casi me caigo de la soga, ¡qué suerte! tengo seguro. Mástiles ciegos se yerguen imponentes ante mis párpados. Fiestas insólitas decoran instalables piezas de juego. Bella es la música, bello es el universo, vello te sobra. Pasta celeste no vierte sus memorias sobre mi hipófisis. Eritrocitos se vuelven blanquecinos ya sin más hierro. Una parábola me contó Jesucristo. Equis cuadrado. ¿Y las hipérboles? Las dije diez mil veces: uno sobre equis. ¿No tenés ganas de mirar más el cielo, de desligártele? Tópico y foco, lenguaje sin gramática sin tema y rema. Las iniciales son aspiradas; tiene doce vocales. Los adjetivos a los nombres preceden; no hay concordancia. Fiebre del oro, fiebre amarilla, dengue, tifus, malaria. Hoy fui muy malo: me limpié en la toalla... ah... y maté a un tipo. Nunca te atrevas a jugar, ¡nunca!, al rango con unicornios. Si se pudiera volver atrás el tiempo yo no lo haría. Cuántas huevadas caben en pocas líneas ay, ay, ay, cuántas. Siempre que quieras podés pedirme ayuda... (no voy a dártela). Las plantaciones de diversos cereales crecen muy rápido. Tiempos pasados en los que recordaba no haber nacido. Mis ilusiones se han cumplido cual años de neonato. Sin pensar mucho me lanzo a remar rápido es mi destino. Exclamas verme. Es bueno que me veas. Sólo así existo. Los pasajeros no han podido colarse en primera clase. La mandarina tenía un sabor ácido. No estaba rica. Tras veintisiete siglos de oscurantismo surge una lámpara. El heresiarca se hunde en el laberinto de tus reflejos. Esquizofrénico, entre un mundo y el otro vive escindido. Tales, Pitágoras, Leucipo y atomistas como Demócrito. Si uno no duerme, tiene alucinaciones y luego muere. Ya casi tocan las ocho, es la mañana, cantan los pájaros. Si lo perturban, el mono se retuerce y se desanima. Truenan los cielos. Los dioses de la vida juegan al truco. Peras al olmo es darte un libro porque no tenés sesos. Me devolviste todas las cartas: ases oros, espadas. NosteranauHasta la misma Muerte se aleja. Los que han querido, ilusos, enfrentarlo quedaron (yo sé) presos en las cumbres, y son inalcanzables, ya, las cumbres. Blancas, severas, gélidas, las cumbres. A peregrinos ciegan, las penumbras. No nada hay más oscuro que los cielos que llueven sangre. Acaso temeré, acaso no. MismiratoEsos días de hechizo mágico. Lo que entra por la ventana, es la ambarina luz de la noche. Fumando tangos la boca ya gris y esa manera sincera de decir las cosas. Voy hilando uno que otro universo de nebulosas y tesoros tibios. Quiero ahogarme en un mar de mariposas, recitar estos versos, encontrar a Loribio. Me llevo el tiempo. Montak BentekFalta muy poco, pero tengo miedo (falta muy poco, nadie sabe cuándo (falta muy poco para que yo diga (falta muy poco para que regrese y diga que fui yo el que mató al príncipe) que cierta es la traición de que me acusan) vendrá la policía por mis huesos) de que me encierren en oscuras celdas. ImpoemasUna colección de no poemas. El manto desteñido de brumosas, violáceas pero oscuras nubes cubre el sol en este páramo insalubre e irradian una extraña luz las cosas. Incauta habiendo sido en el ahorro la grávida doncella se lamenta pues, sabe, alumbrará a una infanta hambrienta a causa de no haber usado forro. UcroníaCon una estructura que me gusta (ABACBC) en endecasílabos, un licuado de poemoides surrealistas. Las manifestaciones de la ira eran verdes gotitas en mis ojos y oscuras las tinieblas de la mina donde los hombres cavan diariamente para obtener los vanos trozos de oro y el terrible metal para la muerte. En lo más hondo de los corazones yacen los mares de penumbra, ¿cuáles de los guerreros volverán de donde termina el universo, los confines de tierras que sepultan tantos males, la lóbrega tiniebla en la que viven reptiles, perros y aves? Severas expresiones de tu rostro me sugieren un odio ilimitado que me parece demasiado poco (porque, después de todo, no es mentira, admito que era yo el que estaba errado). Espero que en el curso de tu vida tu gesto habrá cambiado. Es cierto que han cubierto los más viles nubarrones el negro firmamento con bruscos, tercos, insaciables fines. Que oscuros pensamientos han llenado mi mente de maldad eterna es cierto. Y debo firmemente erradicarlos para tener pelo. Magritte era el artista que negaba que fuera una manzana aquella imagen que parecía tanto una manzana. Y en estos posmodernos universos tan vacuos, tan narcisos, tan dispares, lo ingenuo ya no cabe en mis cuadernos. . Umberto lo sostiene, decir "Te amo desesperadamente" es un cliché, a menos que se aclare "como tanto repiten los autores de baratas novelas de romances (vos sabés): relatos de Corín Tellado y Liala". . Razón de que te diga que "tu pelo me abraza y se estremece y me rechaza" y "el tiempo me amenaza sabio y viejo" no son nomás personificaciones como cualquier supuesto experto clama. Y no es una metáfora "carbones . me observan desde lo alto de tu rostro" y no una metonimia "de mi lado, yaciendo sobre el lecho están tus ojos y tu frutal sonrisa" porque sepa lector de versos burdamente armados que esto que escribí no es un poema. Encima de la puerta veo un susto con bronce chamuscado por los años encuentro brea cocinada y muchos estegosaurios con olor a nafta paciendo sobre el ruedo de los galos y un trino me estremece la garganta. Sabiendo que el delirio es un estado en el que cometemos implacables, felices y traviesos altibajos y vamos hacia el tiempo en el que quise volver a ser un hombre deleznable sin las lechuzas rojas, blancas, grises. Aplomos que provocan firmemente sin prisa bruscas siembras y extenuantes blasones de guerreros. Que no recen porque seremos tiempo consumido. Halcones sin su casco, que no dancen, seremos marionetas y chorizos. La chance de volver a estar unido al mono que con una cruel careta me mira y no renuncia a su objetivo pues quiere destrozar mi intacta carne manchar mi inmaculada piel secreta y en ríos de saliva disecarme. No quiero por el mar sentir la brisa que seca la gastada maquinaria y el sordo miedo de mis islas mira que en esta delicada feria ajena al Sol que quema eterno mis pestañas y con cariño devora mis venas. Hormigas se retuercen en el prado y quieren nunca más volver a oirme pues todas han viajado, a pie o a nado para venir a ver al importante, magnate del tesoro del horrible, sereno, tierno, dulce cabrestante. Sonriendo te dedico este momento pues creo que mereces un regalo. A veces soy un poco sentimiento y algunas soy un tanto retorcido mas creo que, en el fondo, rebuscado es quien no tiene paz consigo mismo. La fruta que ha comido la señora que estaba haciendo cola en el mercado desde y cuarenta y cinco, miles de horas, tenía en su interior un grave insecto, acaso unas hormigas, o un gusano, pues a esta mina la cagó el frutero. Los dedos se separan de la mano del hombre o la mujer que está escribiéndose tal vez soberbios y hartos parroquianos o algún marciano verde y forastero habrá cortado dedos cual Penélope, desteje lo ocurrido con sus dedos. Cerezas, árboles de dulces frutas, con fina afinidad afinan fines, acortan cartas, trocan cartoneros, se van hacia un futuro sin más brillo, atracan sensibleros horizontes y mueren ya, nacen sin baterías. Farfullo, yo me quejo, bramo, grito, protesto y enojado con la vida, mascullo juramentos y repito palabras que son "malas" para el mundo (espero que para algo a mi me sirva, decir "la concha", "puta", "mierda", "culo"). Antiguas religiones desgastadas por hombres que creyeron demasiado en dioses, mitos de héroes y batallas, creaciones, caos, fines y comienzos de mundos y universos deificados en vano si yo soy un simple ateo. La luz sobre occidente se levanta y empieza a iluminarnos con sus rayos y el sol de música gorjea y canta y pájaros irradian sus fulgores e inundan de dorada luz los gallos (y creemos haber sido los mejores). No falten las amigas, sabias, gruesas, secciones de las páginas del libro, que siendo las acaso más severas, critican el estúpido y violento sentido del nacionalismo vivo en cada dirigente, en cada pueblo. Mi mente está pendiente del tan vago, difuso, neblinoso, tenue (a veces temo que se revele y que tomando forma me ataque) miedo irrefrenable; el pánico me acosa y me estremece tan solo con soñar con sus azares. ¿De dónde, me repito (y sé que nadie conoce la respuesta) viene el mundo que vivo diariamente? ¿Serán aves que vuelan por el tiempo sus orígenes? Acaso son las cosas o el diluvio o esta vana persona, verifíquenme. Manchada el ala del pegaso blanco, hinchada la cabeza de unicornio segado el humillante y verde pasto, un trozo de silicio, bromo, estaño, uranio, zinc, mercurio, cadmio, plomo, magnesio, cloro, radio, cesio, galio. |
Contáme qué pensás de mi sitio.