Fenómeno de desplazamiento espacial que tiene lugar muy de vez en cuando en el planeta Edacval.
En el principio de los tiempos, cuando el Payaso Pichito era todavía un niño, los edacvalinos entendían que su planeta giraba alrededor del sol. Los días se sucedían ordenadamente, y hasta los herpnitacólogos más propensos al caos encontraban formas de regular su tiempo, distribuyéndolo entre la libertad y los inodoros.
La época en que los inconvenientes temporales y la preocupación por la rotación del planeta comenzaron a ser tema de conversación de los edacvalinos no se conoce con exactitud, difiriendo en miles de hectáreas, mentiras, cadáveres, granos, pétalos de caléndula, gotas de lluvia, según las fuentes.
Los consumidores de mentolina aseguran que el problema data del comienzo de la Era del Sol Pelado. El mismo Payaso Pichito adhiere a esta teoría, por lo que nadie dudaría en admitir que es la más acertada.
El principio de la Era del Sol Pelado se caracterizó por un súbito apagón solar. En uno de sus intentos literarios frustrados por la escasez de mentolina, la poetisa Bí Á apreciaría al Sol como ese Pelado sucio que ahora no quiere alumbrar y su creación inspiraría el apodo de la nueva era. Posteriores interpretaciones psicofrutianas, justificarían la metáfora como la alusión a un suceso ocurrido en su infancia.
El apagón se extendió por las vastas longitudes de Edacval, paralizando el Planeta en todas las regiones que debían verse iluminadas. Por incalculables intervalos de tiempo la vida edacvalina se desarrolló únicamente en las zonas en que la noche reinaba. Este hecho tuvo especial influencia en la fundación de las Repúblicas Taciturnas de Ernestino el Pequeño, que se encargó de delimitarlas con su tanza violeta durante la llegada del siguiente período: los Tiempos del Yogur y la Mermelada.
La disfunción solar hizo que el eje de Edacval entrara en trance. Por primera vez en la historia del bailoteo y la pantomima, un planeta efectuaba una rotación completa, daba una vueltita para el otro lado, pegaba un salto, aplaudía, y movía sus bracitos al compás de la música de las esferas.
Quienes presenciaron esta primera trirrotación aseguran que fue un impulso loco que le dio al planeta cuando vio que nadie podía observarlo en semejante oscuridad.
El término trirrotación fue empleado por primera vez por el profeta Íteles Óteles. Un largo tiempo después, este adelantado descubriría la esfericidad de su planeta, mientras observaba el globo edacváqueo.
Esta extraña manera de rotar trajo aprejadas algunas singularidades en las concepciones espaciales y temporales de los edacvalinos. Mientras algunos apenas si alcanzaron a ver un par de amaneceres antes de envejecer, otros pudieron disfrutar, y aún lo hacen, de su longevidad desde el principio de los tiempos. (Véase :Category:Personajes inmortales).
Por otro lado, este fenómeno provocó una especial disposición del planeta a absorber ondas electrípicas generadoras de movimientos nerviosos similares a los de la trirrotación en sus habitantes. Por este motivo, es muy común ver a los seres más reservados girando sobre sí mismos y aplaudiendo de manera alocada.
La lateralidad de los habitantes de Edacval se vio seriamente afectada por estos giros y contragiros, provocando grandes conflictos a la hora de distinguir derecha e izquierda, cóncavo y convexo, membrillo y batata, cuchillo y tenedor, connotativo y denotativo, azul y verde, el bien y el mal, y el lado por el cual entrar y salir de la ducha.
Se calcula que si la Chinfulesa no se decide a bajar considerablemente de peso, el eje trirritacional irá modificándose poco a poco, hasta dar lugar a nuevas eras y formas de rotación.