Micosín

Bichito nauseabundo, del tamaño de un berberecho, que se caracteriza por la posesión de un esqueleto flexible y duradero, que no se arruga con el paso del tiempo.

Características

Esta pequeña bestiecita habita desde su nacimiento hasta que se hace mayor las zonas oxorientales de la planicie dorada.

Las lenguas viperinas acusan de pervertidos a los micosines por llevarse demasiado bien con los pejerreyes de tierra, a quienes en realidad solo quieren robarles su tan preciado excremento.

A pesar de las innumerables revueltas organizadas por los micosines para cambiar su color y convertirse en micosines dorados, las civilizaciones han avanzado sin advertir cambios en sus tonalidades opacas y neblinosas.

El micosín verdoso

Uno de los micosines más distinguidos, que llegó a Pluplanca buscando la fama, es el famélico micosín verdoso. Se debe su descubrimiento a Pernámbuco el saboreador de sopa, que lo encontró tiritando entre las burbujas hirvientes de un caldito de arroz de uno de sus clientes.
Unos años antes de la caída del muro de Romualdo, Miznurbaláng Acloclaclat se encontraba plácidamente tomando su sopa cuando notó que un pequeño batracio verdoso lo saludaba desde su cuchara. No tardó en comunicarse con Pernámbuco, experto en esta clase de acontecimientos, quien le diagnóstico un severo ataque de locura y huyó con el micosín que no hacía más que llorar porque quería ver a Miznur.

Desde ese día Acloclaclat y el micosín no volvieron a verse, y desearon velita a velita un reencuentro en Pluplanca.

Habilidades

En cuanto a sus habilidades, los micositos saben hacer mucho más que filtrarse en la sopa. Se trata de una especie ordinariamente conocida como lemur bolita, que consta de manos y pies provistos de muchos dedos con uñas. El pulgar es siempre oponible, y, en la mayoría de los casos, también el dedo gordo del pie; situación que los convierte en grandes jugadores de crucúret.

Es difícil comprobarlo, pero se estima que los micositos se reproducen mediante extraños movimientos transversales de la mandíbula. Su régimen alimenticio especialmente vegetariano les permite adoptar posturas extremadamente flexibles, algunas de las cuales están inspiradas en el reconocido Manual Sphinx para principiantes.

Les caracteriza su cuerpo fusiforme, y, en la actualidad quedan de un solo orden. Uno de los entretenimientos favoritos de esta clase de bestiecillas es asustar a viejecillos jubilados que se quitan la dentadura para tomar la sopa.

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