Una vez, la Palmera Regordeta y Ernestino el Pequeño se pelearon.
La discusión tuvo lugar en una horrible noche de tormenta, un día que Ernestino se había emborrachado con demasiado sidoraquis, y se dio cuando la Palmera le recriminó que él no la abrazaba día por medio, como Ernestino había prometido cuando todavía no estaban casados. Ernestino decía que sí había cumplido con su promesa.
Esto condujo a la pareja a la evaluación de la expresión día por medio, y pronto llegaron a la conclusión de que ahí era donde sus diferencias residían. Por un lado, Ernestino afirmaba que, si él no estaba loco, ``día por medio'' significaba: ``un día sí, y un día no''. La Palmera en cambio, estaba convencida de que, desde el comienzo de los tiempos, ``día por medio'' había querido decir: ``un día no, y un día sí''.La Palmera también acusó a Ernestino de haberla dejado plantada, y Ernestino se defendió mediante una falacia de equívoco, alegando que esto era porque ella era una Palmera y debía estar plantada. La Palmera, inútilmente, trató de explicarle qué era lo que había querido decir; pero Ernestino no entendió o no quiso entender.
Ernestino le dijo que él la quería, muestra de lo cual era que él siempre se sacaba el sombrero para saludarla, y la Palmera hubo de admitir que Ernestino sin sombrero era algo demasiado horroroso como para considerarlo una expresión de cariño.