Las malas lenguas cuentan que el primer hijo de Bü Zi y Bí Á no fue Ñoñoñoqui, sino un viejito llamado Bubizi Á. Fue el primer niño edacvalino que nació teniendo más edad que sus padres, característica que más adelante se haría costumbre en el Noveno Continente.
Bubizi Á había nacido con una malformación en su tejido ermitelial conocida como síndrome de Löô. La poetisa y el anciano Bü Zi se pusieron muy tristes, porque la sociedad pluplanquesa de la época era muy prejuiciosa y las personas con síndrome de Löô no eran aceptadas como limpiadores de inodoros en ninguna asociación.
Ya cuando el niño-viejo tenía apenas setenta y un años, debía soportar las burlas de sus compañeros del altergarten (jardín de gerontes).
Sin embargo, el escándalo público aconteció cuando la iglesia pastoísta se rehusó a admitir a Bubizi como miembro de su religión. Lo que afirmaban los sacerdotes pastoístas era que los edacvalinos con síndrome de Löô eran enfermos, mentirosos y perversos seres que pertenecían al Mundo Subterráneo -o Edacval de abajo-.
Los hilaristas declararon que los pastoístas tenían una mentalidad retrógrada y conservadora, pero tampoco aceptaron a Bubizi, alegando que las escrituras hilaristas sólo admitían a edacvalinos rectos, sanos, honestos, castos y de bien.
El ayuyista Stragagmesani resolvió, después de pensarlo mucho, que el caso no le importaba. ``Son asuntos religiosos que no me incumben'', escribió a su discípulo Cachavsky el 17 de mociembre de II Antes de Anáana.
Al día siguiente, un conciliábulo conformado conjuntamente por fieles seguidores de las doctrinas pastoísta e hilarista del rincón determinaron que Bubizi Á debía ser quemado con Fuego de Tancora.
El Payaso Pichito interrogó entonces a las masas si debían quemar a Bubizi Á o a los restos de la ya fusilada Palmera Regordeta. Las masas entonaron al unísono la siguiente gulipenta:
La Palmera ya murió, en cambio el viejo está vivo. Ernestino ya está triste pero la poetisa no. Si debemos decidir, Bubizi ha Á de morir.
Accediendo al deseo de las masas, Pichito se lavó las manos y se secó. Bubizi Á fue conducido a las cercanías del Pozo sin Fondo, donde se lo incendió con Fuego de Tancora y tras lo cual se lo arrojó las profundidades de Edacval.
Lo que sí ocurrió fue que los pastoístas e hilaristas (que hasta entonces habían coincidido sólo en la (ya refutada) opinión de que los ermitelios tienen alma y los papeles no) iniciaron una sucesión de persecuciones, que terminaron con la quema pública de otros tres edacvalinos con síndrome de Löô.
Stragagmesani, que había anunciado que no le importaba el caso, por tratarse de cuestiones internas de cada religión, debió protestar.
-Los edacvalinos nacemos todos iguales.
-¡Miente! ¡Miente! Algunos nacen con síndrome de Löô.
-Cualquiera podría haber nacido con síndrome de Löô.
-¡Nosotros no! ¡Nosotros no! Si no, no seríamos nosotros.
-No tiene sentido realizar una persecución basada en características innatas, que no dependen de la voluntad del perseguido.
-¡Los designios de la Caléndula y el Yuyo son inescrutables!
-Pero, pero...
La lectura de las obras del pensador edacvalino fueron prohibidas. Los perseguidores, que se habían organizado en lo que se conoció como Operación Yuyificadora de la Pluplanca Oxoriental y Países Afines, apresaron a Stragagmesani ``por defender impíamente el síndrome de Löô''.
Los fines hasta entonces ``nobles'' de la Operación devinieron en la incineración de miles de enemigos políticos del Payaso Pichito, argumentando que eran enfermos de Löô.
Los miembros de la Operación Yuyificadora decidieron recluir a los enfermos de Löô en ghettos. Con una sentencia histórica del Tribunal de Injusticia, se resolvió quemar a Stragagmesani y Cachavsky junto con sus Obras Completas.Fue esta la ocasión en que la Voz Reveladora de los Sueños cambió por primera vez el curso de la historia nonocontinental.
Bü Zi se dormía en su hamaca casi todas las tardes de mociembre, mientras otros se dedicaban a descubrir cosas importantes. Aparte de soñar con inodoros pulcros y libres de herpnitacos, se le aparecía la Voz. En esta oportunidad, Bü Zi escuchó que tenía que viajar a las proximidades del Pozo sin Fondo de Pluplanca Oxoriental, a visitar la tumba de su hijo.
La Voz Reveladora de los Sueños cambió la historia porque Bü Zi viajó a visitar la tumba, y de otra manera no lo habría hecho.
En los demás sentidos, todo siguió igual. Como mal expresa el nombre Década del Antipasto, la persecución y matanza indiscriminada de enfermos de Löô todavía no terminó.